lunes, 3 de septiembre de 2007

डी

PARÁBOLA DEL FILOSOFAR

Sucede con la Filosofía, algo similar a lo que vivió la persona de la siguiente parábola:

Saliste a caminar lejos de casa, buscando un lugar para meditar...sin apuros ...sin presiones...
encontraste una cima espléndida...
experimentaste , de pronto, tu rostro acariciado por el sol de media tarde...en simultánea conjunción con brisas frescas que invitaban a reposar...
estabas en eso cuando, inquietándote, decidiste bajar por escarpados senderos...el agua fresca invitaba con su nítido sonido a disfrutar de la fiesta, a participar del juego...
En la hora del regreso,conociendo los caminos, optaste por la aventura...querías desafiar a la natura, subiendo por la intransitada roca, herida por el tiempo inclemente...
intentaste caminos truncos...tuviste que reconocer tu error, más de alguna herida lamentaste...pero, finalmente, retomaste la senda que te conduciría al hogar...
(No vamos nosotros a los pensamientos, son ellos los que nos permiten conocer el verdadero camino...equivocó senderos el renacentista que creyó someter a la natura, circunscribiéndola al estrecho márgen contorneado por sus instrumentos de medición...)
Es hora de buscar sin pretender encontrar, toda ciencia trascendiendo...Es el tiempo justo para superar estructuras, para liberar al intelecto y permitirle ser plenificado en el mediodía del Espíritu...
No busques, déjate encontrar...no sometas a interrogantes asfixiantes...es mucho mejor dialogar...no juzgues, es el momento justo para volver a amar...