Liderazgo Desde la Simpleza del Ser
“Cuando una ley es
injusta,
lo correcto es
desobedecer”
(Mahatma Gandhi)
Hace algunos años, en un taller de poesía
escribí un texto que decía más o menos lo siguiente:
“Aquí yace un ser que quiso ser normal,
Pero a duras penas soportó las estructuras.(…)
Al final de sus días debió conformarse con ser un hombre
sólo;
Y pudo descansar,
al momento en que cálidas olas tocaban sus pies cansados”
Recuerdo
perfectamente el momento en que escribí esas líneas, aún cuando no exactamente
las palabras. Y esto es así porque justo en ese momento me encontraba
redefiniendo mis opciones fundamentales y pasaba de ser candidato al
sacerdocio, hacia una vida nueva en donde la docencia se abría como una fecunda
posibilidad.
Han
transcurrido unos amables, críticos, enriquecedores, sorprendentes y
decantadores 20 años desde aquél entonces. Haciendo justicia a la Verdad, debo
decir que todo indica que he seguido soportando estructuras que muchas veces
tienden a sofocarme: La estructura eclesial, colegial, estatal y tantas otras
en las cuales vamos desenvolviendo nuestras vidas.
Este
soportar del que habló lo he asumido como parte necesaria de la existencia y en
muchas ocasiones las he interpretado como parte de mi autodeterminación que
brota de mi radical libertad. Y es en esta libertad, desde ella, que puedo seguir
resistiéndome a la tan valorada normalidad.
Hoy por
hoy en nuestros colegios , ser normal sigue asociándose a respetar los
reglamentos y hacerlos respetar. Si el reglamento máximo nos dice que estamos
ahí para educar con estándares de excelencia a los alumnos, muchas veces ello
se traducirá en hacer todo lo posible para que habido un nivel deseable de
disciplina, nuestros alumnos puedan alcanzar los más altos puntajes en las
mediciones nacionales (PSU: Prueba de Selección Universitaria); con esto
podremos lograr reconocimiento y bla, bla, bla…en definitiva, nos dirán: “es
por esto y para esto que los padres han confiado en nosotros”
Pero la
vida es más que mediciones, es mucho más y mucho menos que responder a lo que
esperan de nosotros. Se trata simplemente de Ser y de aspirar a aquello que nos
sentimos llamados a ser.
Si hay
algo que me sigue animando y accionando, desde el interior y desde fuera de mi
(existir), en mi maravilloso rol de docente (en cuanto acto y espacios de
posibilidad); justamente, tiene que ver con ese liderazgo silencioso que brota
de un existir auténtico. Un liderazgo que no puede estar preocupado, ni ocupado
en el competir. Un liderazgo que reconoce la originalidad de capa persona, con
sus luces y sombras.
Quiero
ser un líder que siga sintiendo y viviendo aquella hermosa silueta que se
experimenta llamado a ser; y que, desde ese anhelo, pueda silenciosamente
convertirse en referente para los alumnos y alumnas que no quieren ser tratados
como número, puntajes o animales amaestrados; Quiero sentirme parte de un
liderazgo centrado en la persona.
Es la
propia experiencia de encuentro y relaciones tanto con alumnos , como con profesores y apoderados la que me ha indicado el camino que quiero seguir (y
creo estar siguiendo). Por mucho que estén y estemos sometidos todos a los
influjos de una cultura que promueve más el tener que el ser, el competir que
el compartir fraterno y el servicio, las personas desde sus convicciones
fundamentales siguen pidiendo a gritos una vida más tranquila, con una carga más
ligera. Percibo en el contexto y en las circunstancias que me ha tocado vivir,
anhelos de un mundo con menos injusticias, aún cuando paradojalmente todos contribuyamos
a acrecentar la injusticia
Es
altamente probable que , por muchos años, deba seguir soportando estructuras:
horarios atentatorios contra la calidad de vida, espacios y tiempos laborales
invisibilizadores de la vida familiar, discursos exitistas que sólo buscan
alimentar el individualismo y tantas situaciones más… No obstante , algo ha
cambiado en mi interior, puesto que he tomado la decisión de trascender desde
la simpleza de una existencia centrada en lo fundamental: amar, gozar de la
experiencia de sentirme amado, doblarle la mano al tiempo y a las obligaciones
para dar calidad al tiempo familiar, ser un excelente profesional docente para
que los alumnos puedan acceder a significativas experiencias de aprendizaje,
ser portavoz de aquellos que se resisten en silencio frente a discursos
deshumanizadores; Estoy seguro que esta decisión contiene en germen y en fruto
lo nuevo, lo sorprendente y lo hermoso que siempre está y está por venir. Tal
como ocurre hoy con los brotes nuevos que soportaron la estructura que les daba
el tronco, pero la savia, la lluvia, los vientos y el sol han posibilitado que
emerjan rompiendo la corteza para alimentar el futuro incierto pero lleno de
esperanza.
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