martes, 5 de junio de 2018

Fraternidad esencial


"Car j'avais faim, et vous m'avez donné à manger ; j'avais soif, et vous m'avez donné à boire ; j'étais un étranger, et vous m'avez accueilli" (Mt.25,31 y ss)
La responsabilidad social, es también responsabilidad humana en su expresión más esencial. 
Por  estos días, en medio del frío que mueve tanto a las autoridades de gobierno, como a los habitualmente indiferentes ciudadanos, no puedo evitar ahondar en la conciencia de un cristianismo que hermana a la solidaridad con un sentido de justicia que se resiste a aceptar la realidad tal como la hernos venido definiendo. 
Mientras muchos observan o sufren la crisis de la Iglesia producida por los abusos de todo tipo, hay personas que siguen padeciendo las carencias de una sociedad cuyo bienestar no alcanza para todos.  Los sin trabajo, los sin comida... aquellos que sufren el frío y la desesperanza... los nadie, los olvidados...
Ellos nos recuerdan que la esencia del cristianismo no está en la chimuchina de curas y obispos que dejaron de hacer lo que debían; la esencia está más bien en socorrer a los marginados, al huérfano y a la viuda, al forastero y al que está limitado en sus posibilidades de realización. 
Ser aquello que estamos llamados a ser, responder a aquella llamada a realizar la mejor versión de nosotros mismos. 

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